En el Valle de Benasque el cielo de finales de Agosto lucía en sus mejores galas, literalmente, según cuenta Eva, no "cabían más estrellas", y desde su ubicación en esta bella parte del Pirineo Aragonés, era extasiante su contemplación. Como en otras noches pasadas, esperábamos la presencia de Ellos, en forma de trazos, con el paso de alguna luminosa nave, algún signo, de ese "contacto" que permanece en el fondo del corazón. Pero esa noche era "especial" pues, además de José estaba nuestra hija Lourdes, siempre reacia y con algo de "temor" ante este tema que, lo que son las cosas, quiso salir a contemplar la noche. Así que pedi, con mucha vehemencia, a los Seres de Luz, abiertamente, una manifestación "muy especial", tan "especial" que no le diera el consabido "temor y que además disipara la menor duda de ella, respecto de esta realidad. A los pocos minutos pudimos ver, sorprendidos, un potente foco de luz, avanzando en zigzag hacia donde nosotros, haciendo una aceleración y una deceleración tan remarcadas que todos la pudimos ver, y sobretodo ella, quién exclamó espontánea: "algo tiene que haber allá arriba" y más que el "miedo" fue el asombro de lo visto lo que primó. Quedamos muy satisfechos, me dicen, José y Eva vivamente emocionados por el recuerdo y obtención de esta tan clara respuesta a la petición formulada. Y es que tratándose de jovenes "Los de Arriba" siempre han mostrado sus preferencias, por su inocencia y sincera espontaneidad. Sin salir de mi asombro y alegría por las experiencias de nuestros amigos del alma, nos sigue contando Eva, sobre la experiencia que tuvo, ya en casa, después de vacaciones: "Yo salía de casa para ir a buscar a mi hija en casa de una amiga, pero el asombro fue cuando bajaba la persiana del garaje. La Luna llena quedaba a mi derecha y a unos 20 m. había una luz muy potente, blanca y en forma ovalada de unos 35 cms., que yo creí que era Marte por la proximidad que se decía podía haber, pero mi asombro creció cuando me pareció que se movía. Entoces desplacé el coche para abajo, saliendo de este y sentándome en el capó. La luz se desplazó unos dos metros hacia adelante duplicando su tamaño. El objeto tenia a su alrededor un maravilloso halo energético con "focos" hacia arriba y hacia abajo, como láseres potentes. Era asombroso ya que aumentó su volumen dos veces desde el tamaño real en que lo vi por primera vez. Luego volvió a este punto inicial en luz y volumen, aunque yo no vi este desplazamiento, fue como un "desaparecer" y "aparecer". Aun asombrada por todo les pedí una señal y les dije "a Ellos" que iba a buscar a mi hija a casa de una amiga, que estaba muy cerca, y que si cuando volvia, no estaban, seria real mi confirmación "de que eran Ellos". Sólo quiero decirte que cuando estamos delante de algo, más allá de lo que estamos acostumbrados a ver, NOS DEJAN ASOMBRADOS Y NO NOS LO CREEMOS". Después de escuchar esta candente y maravillosa experiencia personal de Eva le dije medio en broma: "Después de lo que estabas presenciando todavía les pedias una "señal"... Y és que estas experiencias del Alma quedan "por lo increibles" grabadas en lo más hondo para no ser olvidadas jamás, pues siempre remueven nuestra Conciencia y nos conmueven en nuestro camino. Con frecuencia suelen ser inestimables estímulos que nos ayudan a seguir avanzando hacia la frecuencia requerida, hacia la vibración luminosa, que con el propio crecimiento nos acerca a Ellos, que además siguen con mucha atención los devenires de nuestro Planeta, y particularmente de todos aquellos seres humanos "comprometidos" en la Luz y sus proyectos.
Grácias, Eva, por contarnoslo y dejarmelo contar.
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