lunes, 30 de septiembre de 2013

ALMAS INMORTALES EN CUERPOS FISICOS PERECEDEROS: LO QUE SOMOS...


Uno de los aspectos más importantes de la espiritualidad, es darnos cuenta de que "no somos cuerpos físicos dotados de una alma", sino justo al revés: somos almas que utilizamos cuerpos físicos para experimentar y crecer en este mundo tridimensional.  Lo principal en nosotros es el Alma (pues somos almas), que es la que da Vida al cuerpo físico que le sirve en cada una de las etapas existenciales, en este ámbito físico en donde se ha comprometido a seguir creciendo.  El Alma es la conductora del cuerpo físico, de manera "solo parecida" a como se conduce un automóvil -sin ser el propio automóvil- sino quien lo conduce.  
Cuando salimos del ámbito físico de tres dimensiones "ya no necesitamos el cuerpo físico", el cual dejamos "aparcado" en la cama, en donde regenera su energía de las actividades que le hemos dado.  Este proceso es permanente y natural en todos los seres humanos pues, en el transcurso del descanso nocturno salimos del cuerpo físico como almas que somos.  Todo el mundo puede tener esta vivencia en forma consciente.  Es lo que llamamos "sueños", cuando apenas recordamos o con muy poca lucidez los lugares que hemos visitado como almas.  A medida que despertamos consciencialmente  el recuerdo se va tornando nítido y sabemos que hemos estado experimentando en otros ámbitos dimensionales, algunos lo recuerdan con detalle. Es lo que se llama "viaje astral"  del que tanto se ha hablado y que todo el mundo realiza con más o menos consciencia.  Y no tiene peligro alguno, ya que es un funcionalismo muy natural de todas las almas que, en este mundo experimentan y crecen en cuerpos físicos de una complejidad maravillosa. 

                                                                                


El Alma es inmortal y ha venido del cosmos con muchas experiencias y conocimientos, y ahora, está experimentando en el planeta Tierra, en el mundo físico de tres dimensiones, a lo largo de todo un ciclo completo tal y como lo decidió en su momento, y en forma lúcida y consciente.  En contrapartida, lo que es "perecedero" dentro del tiempo dual en que nos movemos, es el cuerpo físico  que, como se sabe nace, crece, madura y muere en un lapso de tiempo, más o menos flexible, dependiendo de las diversas circunstancias de consciencia y vida, para llegar a la "fecha de caducidad" antes o después.  Entre la muerte física y el próximo nacimiento, también conocido como "espacio entre vidas" , el Alma recapitula y se prepara -si es el caso- para un nuevo retorno al mundo físico. 
El Alma tiene cualidades maravillosas y eternas, que ha "tapado" la propia densidad física de este ámbito, unida a los desequilibrios humanos que eso ha comportado, así como la acumulación de "conflictos no resueltos" (que con frecuencia quedan de una vida para otra) dentro de las diferentes y multiples etapas existenciales, las cuales nos corresponsabilizan a todos sin excepción.   Hasta el extremo que una gran mayoría de seres humanos ha olvidado su verdadera identidad como almas inmortales, a cambio de una identificación total con el cuerpo físico perecedero y con la propia dimensión física, desembocando en el mundo de las "creencias" y por tanto llegando a creer que el "cuerpo físico" es literalmente "todo" y que no existe "nada más".
Toda esta "identificación", todo este camino "desesperado" a ninguna parte, tiene, por supuesto, un conocido protagonista muy, pero que muy aferrado a la materia densa de este mundo y que ha nutrido ni más ni menos que a la propia "personalidad humana", apoderándose de la mente y deseando substituir al Alma.  Sabéis a quien me refiero, no?  Claro:  al ego subjetivo y plural, autor de todos los desequilibrios y espejismos de nuestro mundo, por haberle sido dadas todas las "riendas" para que así fuese...

                                                                                       


El Alma que somos todos y cada uno, se está auto-restituyendo y como se ha dicho infinidad de veces, ahora es el momento más óptimo (pues el Ciclo Solar sigue energizando todo) y nos recuerda amorosamente aquello que ya sabemos y que guardamos en la memoria cósmica, el compromiso dentro del ciclo terrestre en el que estamos inmersos, para proseguir conscientes el camino de ascenso hacia el hogar cósmico de orígen, al que pertenecemos, limpiando y serenando cada uno la propia mente para que el Alma con su precioso Intelecto la llene de pensamientos amorosos y de paz, de serenidad y altruismo, de libertad y respeto mutuo, de alegría y felicidad, de perdón y agradecimiento, de comprensión y tolerancia, de equilibrio y discernimiento, de luz y ternura, de entendimiento y saber, de humildad y sencillez, de verdad y sinceridad, de Consciencia Plena y Despierta...

Dejemos ahora nuestro cuerpo, por un rato, en esta densidad física, reposando muy relajadamente...  Nos concentramos en nuestra respiración: inhalar, retener por unos instantes, exhalar (varias veces)...  Hagámonos conscientes de nuestros órganos físicos maravillosos, en su perfección, en el torrente sanguíneo precioso y lleno de VIDA, en todas las células, precisas, luminosas y sabias en su contenido...   Por unos instantes sentimos la vibración de esta globalidad corpórea tan perfecta y agradecemos...  A continuación y en Consciencia de Alma nos elevamos vaporosos y livianos por encima de nuestro cuerpo físico, sintiéndonos flotar sobre la estancia, luminosos, alegres, elevándonos más y más por encima de los tejados de la ciudad, vemos el ir i venir de la gente, diminuta desde aquí, por calles y plazas...  El ruido de la ciudad se aleja rápidamente, mientras distinguimos la Tierra, nuestra amada Gaia, en toda su magnificencia y belleza multicolor...   Un SILENCIO especial nos envuelve mientras fluimos y fluimos por el espacio infinito, lleno de cuerpos de luz, planetas llenos de VIDA en su multidimensionalidad...  Dentro de este fluir nítido y amoroso, nos sentimos atraídos por un Punto de Luz mucho más luminoso que todos los demás, con una intensa coloración de tonos azulados-dorados-bermejos, su poderosa radiación nos acaricia, nos acoge y, de repente, nos encontramos como suspendidos en una estancia sin límites, en plena felicidad, por entre el ruido milagroso del SILENCIO que hace vívida nuestra conexión con el TODO, con la FUENTE INAGOTABLE...  Estamos en Casa, así lo sentimos, el Hogar Cósmico de Origen...   Inenarrable es la consciencia de conexión, indefinible el tiempo que no existe sino en un Eterno AHORA...  Finalmente y a incalculable velocidad, retornamos al cuerpo físico, siendo auténticas vivencias del Alma, para seguir fluyendo desde el ámbito físico, donde estamos...

           OM  SHANTI      NAMASTÉ     OM MANI PADME HUM     AUM       AMEN


viernes, 20 de septiembre de 2013

TODOS LOS ROLES IMAGINABLES


Es conveniente y saludable "parar la marcha" que uno lleva, los ritmos frenéticos y trepidantes, automáticos y mecanicistas, tan alejados de la consciencia,  y quedar quietos, silenciosos en medio del ruido anihilante, y comenzar a preguntarnos muy profunda e internamente los interrogantes del "despertar consciencial": "Quién soy?", "De Donde Vengo?", "A Donde Voy?".  El porqué de esta acusada sensación de cansancio y aburrimiento, como de haber hecho ya muchas veces una misma "obra teatral"(la vida humana), con todos sus tópicos, angustias, dramas, dolor, miedo,  efímeras alegrías, y los mismos papeles y personajes intercambiados de todas las maneras posibles.   En si misma, esta "sensación" puede ser como una "alarma", un "aviso", un "toque de atención", que proviene de muy adentro, del Ser Interno...  Dado que hemos venido muchas veces a la existencia física a experimentar absolutamente todos los roles.  Precisamente, todos los roles imaginables...  La existencia actual, para muchos seres humanos (cada uno tiene que dilucidarlo) es ya la de "interesarse" por el propio "despertar de consciencia", una vez que se han vivido todas las experiencias necesarias y posibles, dentro del ciclo de las existencias humanas (el samsara tibetano) en este plano tridimensional del que todos formamos parte integral.

                                                                                      



La importante cantidad de anhelos espirituales de estos tiempos, no és en absoluto, casual.  La actual Humanidad es muy antigua en este planeta, muy veterana, y lo ha protagonizado absolutamente todo, en inacabables etapas sucesivas. Por eso ahora, importantes grupos humanos, preparan su "retorno al hogar cósmico de orígen" restaurando en su interior la verdadera identidad espiritual y cósmica, o "despertando consciencia", que viene a ser lo mismo. 
También -y como no se ignora-, los ciclos cósmicos, como el presente, son portadores de grandes estímulos energéticos, muy motivadores y activadores, del corazón y del centro emocional, proclives al "trabajo interno" y al "despertar de consciencia".  De aquí vienen tantos despertares, anhelos y renovadas inquietudes interiores, que configuran lo que trato de explicar.  Si este proceso, a veces, puede "parecer lento" se debe al propio "estado de consciencia" que infunde esta "edad del hierro" o época actual, a los desequilibrios humanos y a los problemas "kármicos" que la humanidad lleva produciendo en cada etapa existencial. No obstante eso,  se ha abierto la "etapa de confluencia" y los estímulos al "trabajo interno" no cesan y las buenas vibraciones cósmicas siguen llegando afortunada e incansablemente.  Es obvio que no harán el trabajo por la humanidad:  este lo tiene que llevar a cabo cada uno, desde la paz, la alegría y la fuerza de vivir estos instantes especiales. 

                                                                                    

Por eso es importante "pararse" (como decía al comenzar) para fluir en el  perfecto Silencio Interior, esta consciencia del instante especial, esta consciencia del alma (que cada uno es), este eterno aquí y ahora, que demasiado se contempla a través del "Velo de Maya", desde la ilusión del "ego", que realmente distorsiona toda perspectiva consciente -y que, si seguimos "distraídos"- nos esclaviza con los espejismos y apegos que nos vuelven "ciegos" de consciencia.
En el silencio calmado de la más íntima estancia, calmo la mente agitada y a veces aturdida, y penetro en el verdadero silencio interior, en ausencia de pensamientos: es cuando fluyo en todo, y reconozco el alma que soy:  ni busco, ni espero, soy y me se el propio fluir que me lleva más allá del mundo de las formas, dentro del real ahora, permanente, indivisible, inmensurable, infinito...
A través de la meditación más sencilla, como es el Raja Yoga uno puede salir de este mundo ilusorio y percibir la realidad des de dentro, ser plenamente la propia alma, recuperar la memoria cósmica u original, comunicar directamente con nuestro Padre-Madre, y llenar de esta vibración primigenia y original, corazón y mente, recobrando consciencia, de momento en momento y de instante en instante, con muchísima paciencia..*

                                                                                      

                                                                                             

sábado, 14 de septiembre de 2013

RECUPERANDO "SIDDHARTHA" DE HERMANN HESSE


Es interesante y gratificante volver a lecturas tan clarificantes del "camino interior" como esta historia de "Siddhartha".  Según el momento consciencial que uno esté viviendo, así es el "mensaje" que se puede asimilar del sabio libro de Hermann Hesse, donde se van ejemplarizando muchas de las fases y momentos culminantes, y de reflexión que vive el Alma en el proceso al "despertar" del lastre e influencia del "ego".   En él puede uno encontrar, desde el Siddhartha joven, hijo de un Brahmán, tempranamente lleno de inquietudes espirituales y una fina inteligencia, su estancia con los ascetas "samanas" hasta su posterior aprendizaje amoroso con la cortesana "Kamala", haciéndole de maestra en esas artes, pasando por su amistad con "Kamaswami", el rico mercader, en donde conocerá las llaves de la opulencia así como los placeres efímeros y con frecuencia decepcionantes de la materia, cuya experiencia y dureza lo llevarán al punto justo de quitarse la vida -aunque de todo, finalmente, extraerá Siddhartha un valioso conocimiento-, hasta llegar a su reencuentro con el barquero que ya conociese en su juventud, "Vasudeva", con quién se quedará aprendiendo muchas lecciones del interno camino, pues se trata de un sabio iluminado que "sabe sentir las voces del río"...

                                                                             

Y oye y siente esas voces con su infinita paciencia y la unicidad consciencial que fluye por todo su ser, pasando viajeros de una a otra orilla, y penetrando en plena meditación al corazón misterioso de la corriente fluvial, de quién conoce sus secretos, y le habla quedamente en el oído y en el espíritu, sin doctrinas, sin maestros ni gurús...  Y este es el mismo legado de sabiduría que en el transcurso de los años, recibirá Siddhartha hasta alcanzar la propia iluminación, culminando ya su proceso (  ausente  Vasudeva e ingresado  ya en el Nirvana) y reencuentra a su amigo de juventud, Govinda, que está con el grupo de seguidores del Buddha Gotama.
Siddhartha descartó desde su juventud las religiones, las doctrinas y los maestros, y traía dentro de si una sabiduría innata aunque faltándole aún, la necesaria experiencia práctica de la vida.  Sabía escuchar su voz interior que le inspiraba consejos y fuerza para avanzar en todas las experiencias de este mundo dual, pues no ignoraba que le eran del todo necesarias en su camino hacia la iluminación.

                                                                                       

                                                         SIDDHARTHA  Y  KAMALA

Muchos se contentaban formando parte de un grupo religioso, aceptando y acatando unas normas y preceptos doctrinarios, para toda la vida.  Siddhartha en su interior, no aspiraba a eso, él quería fluir libre como un pájaro, abriéndose a toda la experiencia que el conocimiento le reclamaba: así lo hizo, así lo consiguió hasta la iluminación.
Por todo eso y mucho más aún, el libro de Hermann Hesse en si, lleva un gran conocimiento y un mensaje dirigido al Alma, siempre con matices para todas las consciencias en su nivel evolutivo en el momento de leerlo y asimilarlo.
Evidentemente que se me ha hecho nuevamente provechosa en este final de verano de 2013, su lectura, que he recuperado fresca y limpia como el rocío en mañana pre-otoñal, después de más de veinte años, cuando me "tropecé" con él por primera vez.   Amigos, amigas: os invito a leer este magnífico libro, todo un clásico que podéis encontrar en vuestra librería habitual.