Es interesante y gratificante volver a lecturas tan clarificantes del "camino interior" como esta historia de "Siddhartha". Según el momento consciencial que uno esté viviendo, así es el "mensaje" que se puede asimilar del sabio libro de Hermann Hesse, donde se van ejemplarizando muchas de las fases y momentos culminantes, y de reflexión que vive el Alma en el proceso al "despertar" del lastre e influencia del "ego". En él puede uno encontrar, desde el Siddhartha joven, hijo de un Brahmán, tempranamente lleno de inquietudes espirituales y una fina inteligencia, su estancia con los ascetas "samanas" hasta su posterior aprendizaje amoroso con la cortesana "Kamala", haciéndole de maestra en esas artes, pasando por su amistad con "Kamaswami", el rico mercader, en donde conocerá las llaves de la opulencia así como los placeres efímeros y con frecuencia decepcionantes de la materia, cuya experiencia y dureza lo llevarán al punto justo de quitarse la vida -aunque de todo, finalmente, extraerá Siddhartha un valioso conocimiento-, hasta llegar a su reencuentro con el barquero que ya conociese en su juventud, "Vasudeva", con quién se quedará aprendiendo muchas lecciones del interno camino, pues se trata de un sabio iluminado que "sabe sentir las voces del río"...
Y oye y siente esas voces con su infinita paciencia y la unicidad consciencial que fluye por todo su ser, pasando viajeros de una a otra orilla, y penetrando en plena meditación al corazón misterioso de la corriente fluvial, de quién conoce sus secretos, y le habla quedamente en el oído y en el espíritu, sin doctrinas, sin maestros ni gurús... Y este es el mismo legado de sabiduría que en el transcurso de los años, recibirá Siddhartha hasta alcanzar la propia iluminación, culminando ya su proceso ( ausente Vasudeva e ingresado ya en el Nirvana) y reencuentra a su amigo de juventud, Govinda, que está con el grupo de seguidores del Buddha Gotama.
Siddhartha descartó desde su juventud las religiones, las doctrinas y los maestros, y traía dentro de si una sabiduría innata aunque faltándole aún, la necesaria experiencia práctica de la vida. Sabía escuchar su voz interior que le inspiraba consejos y fuerza para avanzar en todas las experiencias de este mundo dual, pues no ignoraba que le eran del todo necesarias en su camino hacia la iluminación.
SIDDHARTHA Y KAMALA
Muchos se contentaban formando parte de un grupo religioso, aceptando y acatando unas normas y preceptos doctrinarios, para toda la vida. Siddhartha en su interior, no aspiraba a eso, él quería fluir libre como un pájaro, abriéndose a toda la experiencia que el conocimiento le reclamaba: así lo hizo, así lo consiguió hasta la iluminación.
Por todo eso y mucho más aún, el libro de Hermann Hesse en si, lleva un gran conocimiento y un mensaje dirigido al Alma, siempre con matices para todas las consciencias en su nivel evolutivo en el momento de leerlo y asimilarlo.
Evidentemente que se me ha hecho nuevamente provechosa en este final de verano de 2013, su lectura, que he recuperado fresca y limpia como el rocío en mañana pre-otoñal, después de más de veinte años, cuando me "tropecé" con él por primera vez. Amigos, amigas: os invito a leer este magnífico libro, todo un clásico que podéis encontrar en vuestra librería habitual.
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