Es conveniente y saludable "parar la marcha" que uno lleva, los ritmos frenéticos y trepidantes, automáticos y mecanicistas, tan alejados de la consciencia, y quedar quietos, silenciosos en medio del ruido anihilante, y comenzar a preguntarnos muy profunda e internamente los interrogantes del "despertar consciencial": "Quién soy?", "De Donde Vengo?", "A Donde Voy?". El porqué de esta acusada sensación de cansancio y aburrimiento, como de haber hecho ya muchas veces una misma "obra teatral"(la vida humana), con todos sus tópicos, angustias, dramas, dolor, miedo, efímeras alegrías, y los mismos papeles y personajes intercambiados de todas las maneras posibles. En si misma, esta "sensación" puede ser como una "alarma", un "aviso", un "toque de atención", que proviene de muy adentro, del Ser Interno... Dado que hemos venido muchas veces a la existencia física a experimentar absolutamente todos los roles. Precisamente, todos los roles imaginables... La existencia actual, para muchos seres humanos (cada uno tiene que dilucidarlo) es ya la de "interesarse" por el propio "despertar de consciencia", una vez que se han vivido todas las experiencias necesarias y posibles, dentro del ciclo de las existencias humanas (el samsara tibetano) en este plano tridimensional del que todos formamos parte integral.
La importante cantidad de anhelos espirituales de estos tiempos, no és en absoluto, casual. La actual Humanidad es muy antigua en este planeta, muy veterana, y lo ha protagonizado absolutamente todo, en inacabables etapas sucesivas. Por eso ahora, importantes grupos humanos, preparan su "retorno al hogar cósmico de orígen" restaurando en su interior la verdadera identidad espiritual y cósmica, o "despertando consciencia", que viene a ser lo mismo.
También -y como no se ignora-, los ciclos cósmicos, como el presente, son portadores de grandes estímulos energéticos, muy motivadores y activadores, del corazón y del centro emocional, proclives al "trabajo interno" y al "despertar de consciencia". De aquí vienen tantos despertares, anhelos y renovadas inquietudes interiores, que configuran lo que trato de explicar. Si este proceso, a veces, puede "parecer lento" se debe al propio "estado de consciencia" que infunde esta "edad del hierro" o época actual, a los desequilibrios humanos y a los problemas "kármicos" que la humanidad lleva produciendo en cada etapa existencial. No obstante eso, se ha abierto la "etapa de confluencia" y los estímulos al "trabajo interno" no cesan y las buenas vibraciones cósmicas siguen llegando afortunada e incansablemente. Es obvio que no harán el trabajo por la humanidad: este lo tiene que llevar a cabo cada uno, desde la paz, la alegría y la fuerza de vivir estos instantes especiales.
Por eso es importante "pararse" (como decía al comenzar) para fluir en el perfecto Silencio Interior, esta consciencia del instante especial, esta consciencia del alma (que cada uno es), este eterno aquí y ahora, que demasiado se contempla a través del "Velo de Maya", desde la ilusión del "ego", que realmente distorsiona toda perspectiva consciente -y que, si seguimos "distraídos"- nos esclaviza con los espejismos y apegos que nos vuelven "ciegos" de consciencia.
En el silencio calmado de la más íntima estancia, calmo la mente agitada y a veces aturdida, y penetro en el verdadero silencio interior, en ausencia de pensamientos: es cuando fluyo en todo, y reconozco el alma que soy: ni busco, ni espero, soy y me se el propio fluir que me lleva más allá del mundo de las formas, dentro del real ahora, permanente, indivisible, inmensurable, infinito...
A través de la meditación más sencilla, como es el Raja Yoga uno puede salir de este mundo ilusorio y percibir la realidad des de dentro, ser plenamente la propia alma, recuperar la memoria cósmica u original, comunicar directamente con nuestro Padre-Madre, y llenar de esta vibración primigenia y original, corazón y mente, recobrando consciencia, de momento en momento y de instante en instante, con muchísima paciencia..*
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