De etapa en etapa existencial, una gran mayoría se seres humanos retorna con la "misión de hacer limpieza", de "soltar toda la carga inútil y dolorosa" de las alforjas de la vida, soltar todo este peso abrumador y condicionante de las cosas que se dejan "colgadas", problemas e incomprensiones entre personas de un mismo grupo familiar, entorno de amistades, etc., etc. Tal vez por mera dejadez, se han abandonado a un lado cosas por resolver "creyendo" que el hecho de "desencarnar" (morir) lo iba a "borrar todo" (el mismo error de los que deciden quitarse la vida). Siendo la realidad que uno retorna a la existencia física, y aquel tema "no cerrado" en momentos concretos u oportunos de la vida, reaparece incansablemente, y lo va a seguir haciendo mientras no se resuelva definitivamente. Por eso es tan importante la propia auto reconciliación, el "estar en paz con uno mismo" y evidentemente, con los demás, el "perdón" para rehacer los equilibrios en uno mismo y con todos los entornos de nuestra vida. La actitud y la intención personal, son primordiales, y no es "imprescindible", de entrada, la presencia de la otra parte en conflicto (si es el caso) pues quizás no esté, necesariamente "preparada" aun, para asumir este "acto de sincera humildad".
Por eso quién debe de tener siempre la decisión, la intención auto reconciliadora, básicamente es uno mismo. Y este acto profundo y solemne, llega a todas partes, en forma vibracional y energética, e incluso puede predisponer a la otra parte en conflicto y "aun no decidida a la reconciliación", a quererla y aceptarla. También puede suceder que la otra parte en conflicto, "haya desencarnado" y físicamente aquí, no sea ya posible un encuentro, la cuestión es, que inclusive en estos casos, si uno ha tomado la decisión de manera sincera, profunda y consciente, la energía vibratoria generada, alcanza hasta la misma alma desencarnada en su "estancia astral" o "entre vidas", estando en disposición de comprenderla mucho mejor que en el "mundo físico". Se han dado casos de personas que venían arrastrando antiguos conflictos familiares, de envidias, odios o celos, y en donde fue tomada la decisión correctamente y, entre sueños, o más bien a través de un "lúcido desdoblamiento astral" se ha dado directamente el "encuentro de almas", la encarnada i la desencarnada, que fundiéndose en abrazo fraterno, han eliminado de raíz el conflicto para siempre.
Siempre puede uno "auto reconciliarse", optar por el perdón, por la humildad. Cuando eso se ha producido de una manera "consciente", la consciencia se expande, con nuevas cotas de equilibrio y bienestar emocional, objetivas y palpables, ya que lo que verdaderamente se ha "soltado", se "ha dejado ir", es un lastre inútil y doloroso (del que ya se ha podido aprender con creces) y la experiencia de la Vida así lo viene a confirmar. Todo lo que sea eliminar miedos, dolores, angustias, conflictos, lazos negativos con uno mismo y hacia los demás: allana el camino, nos hace más capaces y más conscientes para seguir recibiendo, siempre en el Aqui y Ahora, los aprendizages de la Vida, con serenidad y equilibrio*
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