Esta última reunión a los pies de la Montaña Sagrada se ha caracterizado por la relación de diálogo entre los miembros del grupo, una cuestión básica también, al lado de muchas otras, que sirve de apertura, de ejemplo, de aprendizaje, de espontaneidad, para conocer mútuamente unos de otros, pero no en un sentido de fisgonear, sino de respeto compartido, pues realmente, queriendo realizar un trabajo sobre si mismos, evidentemente, no se busca precisamente el "amiguismo" que proporciona una tertúlia entre colegas, sino valores como la sinceridad, el coraje de abrir-nos unos a otros, saber reir juntos, pero también secar la lágrima de un hermano o hermana, que esté viviendo una circunstancia personal difícil, pongamos por caso, pues entre los diferentes miembros existe realmente este "sentido de fraternidad", donde nunca se olvida aquello que nos une, aquella inquietud espiritual y humana que, poco a poco, nos ha conducido a hacer un compromiso en firme, incomprensible para quién no conoce cosa parecida.
Es importante el particular auto análisis, esta propia introspección puntual de todos los días, pero esta verdadera dinámica de grupo que comporta "abrir-nos y hablar", es tan viva e importante como los demás ejercicios y prácticas individuales y colectivas, cual finalidad es conocer y acercarnos a nuestro propio Ser Interno, tratar cuidadosamente con las energías, ese "prana" tan copioso y maravilloso de esta zona de Montserrat y compartirlo con la Humanidad, con el mundo, sobretodo en aquellas zonas que más lo necesitan, y conetar con los Superiores de Luz, la proximidad de los cuales se ha experimentado tan repetidas veces...
Cumbres Luminosas de MONTSERRAT
Cuando hablamos en grupo, es también una tarea en la que nos enfrascamos, repito, no es para escuchar "batallas" de nadie, ni las particulares trascendencias individuales que uno pueda haber experimentado. Lo que uno diga, será lo que "siente en su Corazón", sea lo que sea, incluso el silencio, una experiéncia, un anhelo, una circunstancia de la Vida, o sencillamente, algo que siente el anhelo de compartir por considerarlo importante para si mismo y para el grupo. Frecuentemente, las experiencias, las luchas y angústias del vivir, nos traen "lecciones", "pruebas" que se nos ponen para que aprendamos a superarlas y a tener con ellas un crecimiento y una maduración. Y a veces, una de esas "pruebas" vivida por uno mismo, o por cualquiera de nuestros hermanos, puede ser también lección aprovechable para el grupo.
Sabemos cada vez con mayor seguridad, que la transformación espiritual, no es algo que sea "mecánico" sino que tiene que ser una sucesión de actos conscientes hechos con el esfuerzo personal de la propia voluntad. Y que si no se pule y mejora positivamente la propia ética, actitud y conducta en una proyección de crecimiento y maduración del individuo, será muy escaso lo que estaremos haciendo, muy poco lo que progresemos y por tanto, muy poco lo que consigamos de todo aquello que nos planteamos.
EL DIALOGO TAMBIEN NOS HERMANA
Todo esto se refleja también en el acercamiento a los Luminosos Seres. Ellos, como sabemos, ya nos han dado a saber "como hay que progresar", como llegar a mejorar la frecuencia de vibración. Si verdaderamente existe una "labor", que Ellos "saben", progresamos "hacia Ellos", luego su "manifestación" va en aumento, por ejemplo, en forma de señales, trazos, e incluso acercamientos de luces... Aunque no siempre -necesariamente- tendrá que ser así, a veces, no ha existido acercamiento lumínico alguno, y en cambio, los hemos sentido y notado como formando parte de una "rueda nagnética", cosa que luego Ellos mismos nos han corroborado su astral presencia... Su presencia pues, puede ser múltiple e incluso variada, pero siempre, siempre, va condicionada al Estado de Consciencia que irradie todo el Círculo. Si ese "estado de Consciéncia", por cualquier causa, no está a la altura que debe estar, el resultado objetivo y práctico, será de "ese mismo nivel". Entonces el "mensaje que se da es claro y diáfano": "Prepararos siempre y no bajeis la guardia".
De aquí pues la importancia de incluir un tiempo para el diálogo, al mismo nivel que el resto de actividades que se llevan a término, así se complementa el "programa" practicado de una manera plena tal y como experimentamos en la última jornada convivencial, y en donde también se "palpa" el "trabajo" individual, el día a día, que después con todo el grupo reunido "da la nota" correspondiente al Circulo de Luz Montserrat y el ímpetu necesario para seguir laborando los objetivos que tenemos marcados.
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